ACADEMIA PONTIFICIA PARA
LA VIDA
DECLARACIÓN
SOBRE LA PRODUCCIÓN Y USO CIENTÍFICO Y
TERAPÉUTICO
DE LAS CÉLULAS ESTAMINALES EMBRIONARIAS HUMANAS
Este documento tiene como objetivo ofrecer una
aportación al debate que se está desarrollando y extendiendo, tanto en la
literatura científica y ética como en la opinión pública, sobre la producción y
utilización de las células estaminales embrionarias. En efecto, ante el
creciente relieve que va tomando el debate sobre sus límites y licitud, es
necesaria una reflexión que ponga de manifiesto sus implicaciones
éticas.
En la primera parte se expondrán muy brevemente los
datos más recientes aportados por la ciencia sobre las células estaminales y por
la biotecnología sobre su producción y uso. En la segunda, se llamará la
atención sobre los problemas éticos más importantes que estos nuevos
descubrimientos y aplicaciones suscitan.
ASPECTOS CIENTÍFICOS
Una definición comúnmente aceptada de "célula
estaminal" -si bien algunos aspectos necesitan todavía una mayor profundización-
es la de una célula que tiene dos características: 1) la capacidad
de autorrenovación ilimitada o prolongada, esto es, de reproducirse muchas
veces sin diferenciarse; 2) la capacidad de dar origen a células madre
de transición, con capacidad limitada de proliferar, de las cuales derivan
una gran variedad de células altamente diferenciadas (nerviosas,
musculares, hemáticas, etc.). Desde hace aproximadamente 30 años, estas células
han sido objeto de una amplia investigación, tanto en tejidos adultos (1) como
en tejidos de embriones y cultivos in vitro de células estaminales
embrionarias de animales de experimentación (2). Pero lo que ha llamado
recientemente la atención pública sobre ellas es el haber logrado un nuevo
resultado: la producción de células estaminales embrionarias
humanas.
Células estaminales
embrionarias humanas
La preparación de células estaminales embrionarias
humanas (ES, ESc, Embryo Stem cells) implica hoy(3) : 1) la
producción de embriones humanos y/o la utilización de los
sobrantes de fecundaciones in vitro o de los crioconservados; 2) su
desarrollo hasta la fase de blastocisto inicial; 3) la extracción
del embrioblasto o masa celular interna (ICM), operación que implica la
destrucción del embrión; 4) el cultivo de dichas células en
un estrato de fibroblastos de ratón irradiados (feeder) y en un terreno
adecuado, donde se multiplican y confluyen hasta la formación de colonias;
5) repetidos cultivos de las células de las colonias obtenidas, que
llevan a la formación de líneas celulares capaces de multiplicarse
indefinidamente conservando las características de células estaminales (ES)
durante meses y años.
Estas células ES, no obstante, son solamente el punto de
partida para la preparación de las líneas celulares diferenciadas, o sea,
células con las características propias de los diversos tejidos (musculares,
nerviosas, epiteliales, hemáticas, germinales, etc.). Los métodos para
obtenerlas están todavía en estudio (4); pero la inoculación de ES humanas en
animal de experimentación (ratón) o su cultivo in vitro en terreno
acondicionado hasta llegar a la confluencia, han demostrado que son capaces de
dar origen a células diferenciadas que se obtendrían, en un normal desarrollo, a
partir de tres capas embrionarias distintas: endodermo (epitelio
intestinal), mesodermo (cartílago, hueso, músculo liso o estriado) y ectodermo
(epitelio neural, epitelio escamoso) (5).
Estos resultados han conmovido tanto al mundo científico
como al biotecnológico -especialmente médico y farmacológico- y, no menos, al
mundo del mercado y de los medios de comunicación social: surgían grandes
esperanzas de que las siguientes aplicaciones comportarían nuevas y más seguras
soluciones para la terapia de enfermedades graves; soluciones que se están
buscando ya desde hace años (6). Pero, sobre todo, se produjo una gran conmoción
en el mundo político(7). En los Estados Unidos en particular, en el Congreso,
donde desde hacía años había oposición a sostener con fondos federales unas
investigaciones en las que se destruirían embriones humanos, las respuestas
fueron entre otras: las fuertes presiones del NIH (National Institutes
of Health) para obtener fondos, al menos para utilizar las células
estaminales producidas por grupos privados; y las recomendaciones del NBAC
(National Bioethics Advisory Committee), instituido por el Gobierno
federal para el estudio de este problema, para que sean asignados fondos
públicos no solamente para la investigación sobre células estaminales
embrionarias, sino también para su producción; más aún, se insiste en que se
rescinda definitivamente la prohibición vigente por ley sobre el uso de fondos
federales para la investigación sobre embriones humanos.
Presiones en este mismo sentido
hay también en Inglaterra, Japón y Australia.
Clonación terapéutica
Ya se evidenció que el uso terapéutico de las ES, en
cuanto tales, implicaba notables riesgos, al ser cancerígenas, como se había
constatado en experimentos con ratones. Así pues, hubiera sido preciso preparar
líneas especializadas de células diferenciadas según cada necesidad. El
tiempo requerido para su obtención no parecía breve. Pero, aun en el caso de que
se hubieran logrado, sería muy difícil tener la certeza de la ausencia absoluta
de células estaminales en la inoculación o en la implantación terapéutica, con
los riesgos consiguientes. Y, más aún, se debería recurrir a ulteriores
tratamientos para superar la incompatibilidad inmunológica. Por estos motivos se
propusieron tres clases de clonación terapéutica(8), capaces de preparar
células estaminales embrionarias humanas pluripotenciales, con una información
genética bien definida, a la cual seguiría después la diferenciación
deseada.
1. Reemplazar el núcleo de un oocito por el
núcleo de una célula adulta de un determinado sujeto, seguido de desarrollo
embrionario hasta el estado de blastocisto y de la utilización de las células de
la masa interna (ICM) de la misma para obtener ES y, de estas, la células
diferenciadas deseadas.
2. Traspaso de un núcleo de una célula de un
determinado sujeto a un oocito de otro animal. Un eventual éxito llevaría
-se supone- al desarrollo de un embrión humano utilizable como en el caso
precedente.
3. Reprogramación del núcleo de una célula de un
determinado sujeto fundiendo el citoplasma de ES con el carioplasma de una
célula somática, obteniendo así un "cybrid". Es una posibilidad aún en
estudio. En todo caso, también este camino parece requerir la preparación previa
de ES a partir de embriones humanos.
Actualmente, la investigación científica se decanta
preferiblemente por el primer tipo, pero es obvio que, desde el punto de vista
moral, como veremos, las tres soluciones propuestas son
inaceptables.
Células estaminales
adultas
En las tres últimas décadas, los estudios de las células
estaminales del adulto (ASC Adult Stem Cells) pusieron de manifiesto que
en muchos tejidos adultos hay células estaminales, pero capaces de dar origen
sólo a células propias de un determinado tejido. Es decir, no se pensaba en la
posibilidad de su reprogramación. En los años más recientes(9), sin embargo, se
descubrieron también en varios tejidos humanos células estaminales
pluripotenciales -en la médula ósea (HSCs), en el cerebro (NSCs), en el
mesénquima (MSCs) de varios órganos y en la sangre del cordón umbilical (P/CB,
placental/Cord blood)-, esto es, capaces de dar origen a diversos tipos de
células, la mayoría hemáticas, musculares y nerviosas. Se ha descubierto cómo
reconocerlas, seleccionarlas, mantener su desarrollo y llevarlas a formar
diversos tipos de células maduras mediante factores de crecimiento y otras
proteínas reguladoras. Más aún, se ha realizado ya un notable adelanto en campo
experimental, aplicando incluso los más avanzados métodos de ingeniería genética
y biología molecular para el análisis del programa genético que actúa en las
células estaminales(10) y para la transducción de los genes deseados en células
estaminales o madre que, una vez implantadas, son capaces de restituir las
funciones específicas a los tejidos deteriorados(11). Baste señalar, sobre la
base de las referencias citadas, que, en el hombre, las células estaminales de
la médula ósea, de las que se forman todas las diversas líneas de células
hemáticas, tienen como marcador la molécula CD34 y que, una vez purificadas, son
capaces de reconstituir toda la población hemática en pacientes que reciben
dosis ablativas de radiaciones y quimioterapia. Y esto, a una velocidad
proporcional a la cantidad de células empleadas. Más aún, hay ya indicios de
cómo orientar el desarrollo de células estaminales nerviosas (NSCs) utilizando
diversas proteínas -entre ellas la neurorregulina y la proteína
2 osteomorfogenética (BMP2, Bone Morphogenetic Protein 2)-, que
son capaces de llevar a las NSCs a convertirse en neuronas o glía (células
neuronales de apoyo, productoras de mielina), o también en músculo
liso.
El resultado al que han llegado muchos de los trabajos
citados, aunque visto con cautela, es un indicio de lo muy prometedoras que son
las "células estaminales adultas" para una terapia eficaz de muchas patologías.
Así, D. J. Watt y G. E. Jones, afirman que "las células estaminales musculares,
tanto de la línea mioblástica embrionaria como adulta, pueden convertirse en
células de mayor importancia para tejidos distintos de los que les dieron origen
y ser la clave de terapias futuras incluso para enfermedades diversas de las de
origen miógeno" (p. 93); J. A. Nolta y D. B. Kohn subrayan que "los progresos en
el uso de la transducción génica en las células estaminales hematopoiéticas ha
llevado a comenzar experimentaciones clínicas. Las informaciones que se obtengan
orientarán futuros procesos. En definitiva, la genoterapia permitirá tratar
enfermedades genéticas y contraídas sin las complicaciones de los trasplantes de
células alogénicas" (p. 460); D. L. Clarke y J. Frisén confirmaban a su vez que
"estos estudios sugieren que las células estaminales en los diferentes tejidos
adultos pueden ser mucho más similares a las células embrionarias humanas de lo
que se había pensado hasta ahora, contando incluso en muchos casos con un
repertorio muy parecido" (p. 1663) y "demuestran que células nerviosas adultas
tienen una gran capacidad de desarrollo, y son potencialmente aptas para
utilizarse como punto de partida de una producción de varios tipos de células
para trasplante en diversas enfermedades" (p. 1660).
En consecuencia, todos estos progresos y los resultados
ya obtenidos en el campo de las células estaminales del adulto (ASC) dejan
entrever, no solamente su gran plasticidad, sino también su amplia posibilidad
de prestaciones que, probablemente, no es diferente de la que poseen las células
estaminales embrionarias (ES), dado que la plasticidad depende en gran parte de
la información genética, la cual puede ser reprogramada.
Obviamente, no es posible aún confrontar los resultados
terapéuticos obtenidos y obtenibles utilizando las células estaminales
embrionarias y las células estaminales adultas. Sobre estas últimas, diversas
firmas farmacéuticas están ya haciendo experimentaciones clínicas(12) que dejan
vislumbrar buenos resultados y dan pie a serias esperanzas para un futuro más o
menos cercano. Sobre las primeras, aunque algunos intentos experimentales
ofrecen indicios positivos(13), su aplicación en el campo clínico -precisamente
por los graves problemas éticos y legales implicados- requiere un serio
replanteamiento y un gran sentido de responsabilidad ante la dignidad de todo
ser humano.
PROBLEMAS ÉTICOS
Dada la índole de este documento, se formulan brevemente
los problemas éticos esenciales implicados en estas nuevas tecnologías,
indicando la respuesta que resulta de una atenta consideración del sujeto humano
desde el momento de su concepción; consideración en la que se basa la postura
afirmada y propuesta por el Magisterio de la Iglesia.
El primer problema ético, que es fundamental,
puede formularse así: ¿Es moralmente lícito producir y/o utilizar
embriones humanos vivos para la preparación de ES?
"La respuesta es negativa", por las siguientes
razones:
1. Sobre la base de un análisis biológico completo,
el embrión humano vivo es, a partir de la fusión de los gametos, un sujeto
humano con una identidad bien definida, el cual comienza desde ese momento
su propio desarrollo, coordinado, continuo y gradual, de tal modo que en
ningún estadio sucesivo puede ser considerado como una simple masa de
células(14).
2. En consecuencia, como "individuo humano",
tiene derecho a su propia vida. Por consiguiente, cualquier intervención
que no sea en favor del embrión mismo, es un acto que viola dicho derecho. La
teología moral ha enseñado siempre que, en el caso del "jus certum
tertii", no es aplicable el sistema del
probabilismo(15).
3. Por tanto, la ablación de la masa celular
interna (ICM) del blastocisto, que lesiona grave e irreparablemente el embrión
humano, truncando su desarrollo, es un acto gravemente inmoral y, por
consiguiente, gravemente ilícito.
4. Ningún fin considerado bueno, como la
utilización de las células estaminales que podrían obtenerse para la preparación
de otras células diferenciadas con vistas a procedimientos terapéuticos de
grandes expectativas, puede justificar esa intervención. Un fin bueno no
hace buena una acción en sí misma mala.
5. Para un católico, dicha postura ha sido
confirmada por el Magisterio explícito de la Iglesia que, en la encíclica
Evangelium vitae -refiriéndose también a la instrucción Donum
vitae de la Congregación para la doctrina de la fe-, afirma que «la Iglesia
siempre ha enseñado, y sigue enseñando, que al fruto de la generación humana,
desde el primer momento de su existencia, se ha de garantizar el respeto
incondicional que moralmente se le debe al ser humano en su totalidad y unidad
corporal y espiritual: "El ser humano debe ser respetado y tratado como
persona desde el instante de su concepción y, por eso, a partir de ese mismo
momento se le deben reconocer los derechos de la persona, principalmente el
derecho inviolable de todo ser humano inocente a la vida"» (n. 60)
(16).
El segundo problema ético se puede formular
así: ¿Es moralmente lícito realizar la llamada "clonación
terapéutica" a través de la producción de embriones humanos clonados y su
sucesiva destrucción para la producción de ES?
"La respuesta es negativa", por la siguiente razón:
Todo tipo de clonación terapéutica que implique la
producción de embriones humanos y la subsiguiente destrucción de los embriones
producidos, con el fin de obtener células estaminales es ilícita; ya que se
vuelve de nuevo al problema ético anteriormente expuesto, el cual no puede tener
más que una respuesta negativa(17).
El tercer problema ético se puede formular
así: ¿Es moralmente lícito utilizar las ES, y las células diferenciadas
de ellas obtenidas, proporcionadas eventualmente por otros investigadores o
disponibles en el mercado?
"La respuesta es negativa" ya que, más allá de compartir, de manera más o menos
formal, la intención moralmente ilícita del agente principal, en el caso que nos
ocupa hay una cooperación material próxima en la producción y manipulación de
embriones humanos por parte del productor o del proveedor.
En conclusión, es evidente la seriedad y la gravedad del
problema ético abierto por la voluntad de extender al campo de la investigación
humana la producción y/o el uso de embriones humanos incluso desde una
perspectiva humanitaria.
La posibilidad, ya constatada, de utilizar células
estaminales adultas para lograr los mismos fines que se pretendieran
alcanzar con las células estaminales embrionarias -aun cuando hacen falta muchos
pasos ulteriores antes de obtener resultados claros y definitivos-, indica esta
posibilidad como la vía más razonable y humana que se ha de seguir para un
correcto y válido progreso en este nuevo campo que se abre a la investigación y
a prometedoras aplicaciones terapéuticas. Estas representan, sin duda alguna,
una gran esperanza para una parte notable de personas
enfermas.
Vaticano, 25 de agosto de 2000
Prof. Juan de Dios Vial Correa
Presidente
Mons. Elio Sgreccia
Vicepresidente
NOTAS
1. Cf. M. Loeffler,
C. S. Potten, Stem cells and cellular pedigrees a conceptual
introduction, en C. S. Potten (ed.), Stem Cells, Academic Press,
London 1997, 1-27; D. Van der Kooy, S. Weiss, Why Stem Cells?, Science
2000, 287, 1439-1441.
2. Cf. T. Nakano,
H. Kodama, T. Honjo, Generation of lymphohematopoietic cells from
embryonic stem cells in culture, Science 1994, 265,
1098-1101; G. Keller, In vitro differentiation of embryonic stem
cells, Current Opinion in Cell Biology 1995, 7, 862-869; S. Robertson, M.
Kennedy, G. Keller, Hematopoietic commitment during embryogenesis, Annals
of the New York Academy of Sciences 1999, 872, 9-16.
3. Cf.
J. A. Thomson, J. Itskovitz-Eldor, S. S. Shapiro y otros, Embryonic
stem cell lines derived from human
blastocysts, Science 1998, 282, 1145-1147;
G. Vogel, Harnessing the power of stem cells, Science 1999, 283,
1432-1434.
4. Cf.
F. M. Watt, B. L. M. Hogan, Out of Eden: stem cells and
their niches, Science 2000, 287, 1427-1430.
5. Cf. J. A. Thomson, J. Itskovitz-Eldor,
S. S. Shapiro y otros, op. cit.
6. Cf.
U. S. Congress, Office of Technology Assessment, Neural Grafting:
Repairing the Brain and Spinal Cord, OTA-BA-462, Washington, DC, U. S.
Government Printing Office, 1990; A. McLaren, Stem cells: golden
opportunities with ethical baggage, Science 2000, 288,
1778.
7. Cf. E.
Marshall, A versatile cell line raises scientific hopes, legal
questions, Science 1998, 282, 1014-1015; J. Gearhart, New potential
for human embryonic stem cells, ib., 1061-1062; E. Marshall, Britain
urged to expand embryo studies, ib., 2167-2168; 73 Scientists, Science
over politics, Science 1999, 283, 1849-1850; E. Marshall, Ethicists back
stem cell research, White House treads cautiously, Science 1999, 285, 502;
H. T. Shapiro, Ethical dilemmas and stem cell research, ib., 2065;
G. Vogel, NIH sets rules for funding embryonic stem cell research,
Science 1999, 286, 2050; G. Keller, H. R. Snodgrass, Human embryonic
stem cells: the future is now, Nature Medicine 1999, 5, 151-152;
G. J. Annas, A. Caplan, S. Elias, Stem cell politics, ethics and medical
progress, ib., 1339-1341; G. Vogel, Company gets rights to cloned human
embryos, Science 2000, 287, 559; D. Normile, Report would open up
research in Japan, ib., 949; M. S. Frankel, In search of stem cell
policy, ib., 1397; D. Perry, Patients voices: the powerful
sound in the stem cell debate, ib., 1423; N. Lenoir, Europe confronts the
embryonic stem cell research challenge, ib., 1425-1427; F. E. Young,
A time for restraint, ib., 1424; Editorial, Stem
cells, Nature Medicine 2000, 6, 231.
8. D. Davor,
J. Gearhart, Putting stem cells to work, Science 1999, 283,
1468-1470.
9. Cf.
C. S. Potten (ed.), Stem Cells, Academic Press, London 1997, 474; D.
Orlic, T. A. Bock, L. Kanz, Hemopoietic Stem Cells: Biology and
Transplantation, Ann. N. Y. Acad. Sciences 1999, vol. 872, 405;
M. F. Pittenger, A. M. Mackay, S. C. Beck y otros,
Multilineage potential of adult human mesenchymal stem cells,
Science 1999, 284, 143-147; C. R. R. Bjornson, R. L. Rietze, B.
A. Reynolds y otros, Turning brain into blood: a hematopoietic fate
adopted by adult neural stem cells in vivo, Science 1999, 283, 534-536; V.
Ourednik, J. Ourednik, K. I. Park, E. Y. Snyder, Neural Stem cells
a versatile tool for cell replacement and gene therapy in the central nervous
system, Clinical Genetics 1999, 56, 267-278; I. Lemischka, Searching for
stem cell regulatory molecules: Some general thoughts and possible
approaches, Ann. N. Y. Acad. Sciences 1999, 872, 274-288; H. H.
Gage, Mammalian neural stem cells, Science 2000, 287, 1433-1438;
D. L. Clarke, C. B. Johansson, J. Frisén y otros, Generalized
potential of adult neural stem cells, Science 2000, 288, 1660-1663; G.
Vogel, Brain cells reveal surprising versatility, ib.,
1559-1561.
10. Cf.
R. L. Phillips, R. E. Ernst, I. R. Lemischka y otros, The
genetic program of hematopoietic stem cells, Science 2000, 288,
1635-1640.
11. Cf.
D. J. Watt, G. E. Jones, Skeletal muscle stem cells: function
and potential role in therapy, en C. S. Potten, Stem Cells, op.
cit., 75-98; J. A. Nolta, D. B. Kohn, Haematopoietic stem cells for
gene therapy, ib., 447-460; Y. Reisner, E. Bachar-Lustig, H-W. Li y otros,
The role of megadose CD34+ progenitor cells in the treatment of leukemia
patients without a matched donor and in tolerance induction for organ
transplantation, Ann. N. Y. Acad. Sciences 1999, 872, 336-350;
D. W. Emery, G. Stamatoyannopoulos, Stem cell gene therapy for the
ß-chain hemoglobinopathies, ib., 94-108; M. Griffith, R. Osborne, R. Munger,
Functional human corneal equivalents constructed from cell lines, Science
1999, 286, 2169-2172; N. S. Roy, S. Wang, L. Jiang y otros, In vitro
neurogenesis by progenitor cells isolated from the adult hippocampus,
Nature Medicine 2000, 6, 271-277; M. Noble, Can neural stem cells be used as
therapeutic vehicles in the treatment of brai tumors?, ib., 369-370;
I. L. Weissman, Translating stem and progenitor cell biology to the
clinic: barriers and
opportunities, Science 2000, 287, 1442-1446; P. Serup,
Panning for pancreatic stem cells, Nature Genetics 2000,
25, 134-135.
12. E. Marshall,
The business of Stem Cells, Science 2000, 287,
1419-1421.
13. Cf. O.
Brustle, K. N. Jones, R. D. Learish y otros, Embryonic stem
cell-derived glial precursors: a source of myelinating transplants,
Science 1999, 285, 754-756; J. W. McDonald, X-Z Liu, Y. Qu y otros,
Transplanted embryonic stem cells survive, differentiate and promote
recovery in injured rat spinal cord, Nature Medicine
1999, 5, 1410-1412.
14. Cf. A. Serra, R. Colombo, Identità e statuto
dell'embrione umano: il contributo della biologia, en Academia
pontificia para la vida, Identità e Statuto dell'Embrione Umano,
Libreria Editrice Vaticana, Città del Vaticano 1998,
106-158.
15. Cf. I. Carrasco de Paula, Il rispetto dovuto
all'embrione umano: prospettiva storico-dottrinale, op. cit., 9-33; R.
Lucas Lucas, Statuto antropologico dell'embrione umano, op. cit.,
159-185; M. Cozzoli, L'embrione umano: aspetti etico normativi, op.
cit., 237- 273; L. Eusebi, La tutela dell'embrione umano: profili
giuridici, op. cit., 274-286.
16. Juan Pablo II, enc. Evangelium vitae (25
de marzo de 1995), AAS 87 (1995) 401-522; cf. Congregación para la
doctrina de la fe, instrucción "Donum Vitae" sobre el respeto de
la vida humana naciente y la dignidad de la procreación (22 de febrero de 1987),
AAS 80 (1988) 70-102.
17. Cf. Congregación para la doctrina de la fe, op.
cit., I, n. 6; C. B. Cohen (ed.), Special Issue: Ethics and the
cloning of human embryos, Kennedy Institute of Ethics
Journal 1994, n. 4, 187-282; H. T. Shapiro, Ethical and
policy issues of human cloning, Science 1997, 277, 195-196; M. L. Di
Pietro, Dalla clonazione animale alla clonazione dell'uomo?, Medicina e
Morale 1997, n. 6, 1099-2005; A. SERRA, Verso la clonazione dell'uomo?
Una nuova frontiera della scienza, La Civiltà Cattolica
1998 I, 224-234; op. cit., La clonazione umana in prospettiva
"sapienziale", ib., 329-339.